- Oct 21, 2025

El Vía Crucis Magno de Córdoba reúne a miles en una jornada de profunda tradición y fervor

El Vía Crucis Magno, una cita emblemática en Córdoba

El Vía Crucis Magno Diocesano ‘Córdoba, Vía Sacra de Occidente’ volvió a llenar las calles cordobesas con una impresionante manifestación de fe y tradición cofrade el pasado 11 de octubre de 2025. Este evento reunió a más de 35 imágenes de 34 hermandades, de las cuales una docena pertenecen a la provincia de Córdoba, ofreciendo una experiencia espiritual única para más de 4,000 personas presentes y a los espectadores a través de la televisión.

Recorrido y significados de las hermandades

El recorrido partió de lugares emblemáticos como San Álvaro, donde se situó la primera estación con la contemplación del Cristo en Scala Coeli, regresando hacia la Catedral. Las imágenes que desfilaron evocaron no solo la Pasión y muerte de Cristo sino también el estrecho vínculo que mantienen con la devoción popular a través de siglos de historia. Cada hermandad llevó consigo no solo sus tradicionales pasos sino también la espiritualidad que representa y la forma particular con que se vive la Semana Santa en Andalucía.

Destacaron momentos muy significativos como la presencia del Señor de las Penas, restaurado por el escultor Miñarro, que impresionó a los asistentes, o la Virgen de la O, que recorrió su barrio sin prisas pero con gran fervor, acompañada por el público en escenas muy alejadas del bullicio habitual.

Las diferentes expresiones de fe en el Vía Crucis Magno

Música, oración y convivencia en las calles de Córdoba

A lo largo del día, la música y las oraciones acompañaron las estaciones del Vía Crucis, aunque no siempre sin dificultades. Retrasos y parones se produjeron debido a la complejidad de manejar tantas cofradías y variantes en el itinerario. Sin embargo, el sentimiento de encuentro y comunión no se vio afectado y, de hecho, estimuló una participación aún más emotiva por parte de los asistentes.

Los sonidos de las bandas de música propias de cada hermandad ofrecieron un marco musical característico y diferenciador, evitando el uso de megafonía masificada, lo que ayudó a preservar la atmósfera religiosa y contemplativa. La tarde avanzaba y con ella la ciudad se llenaba de un espíritu de recogimiento, admiración y emoción ante las poderosas imágenes de Cristo y la Virgen que transitaban.

Las cofradías y el arraigo local

El papel de las cofradías fue protagonista absoluto en esta jornada. Desde Jesús de la Columna y el Cristo del Remedio de Ánimas, hasta la Virgen de las Angustias y la Virgen de la Paz, cada una brindaba una particular muestra de devoción que reforzó el sentido comunitario y cultural de la celebración.

El público, que llenó las calles desde primeras horas de la tarde, mostró su entusiasmo acompañando no solo en la carrera oficial sino también en los recorridos parciales, disfrutando de las manifestaciones de fe y arte religioso en ambientes tanto solemnes como populares. La presencia de figuras como el obispo de Córdoba, Jesús Fernández, y el obispo de Bangassou, Juan José Aguirre, así como el obispo emérito Demetrio Fernández, añadió peso institucional y espiritual al evento.

Una fiesta de fe que trasciende las dificultades

Retrasos y retos organizativos

El Vía Crucis Magno presentó ciertos retos logísticos con retrasos y pausas, algunas causadas por cuestiones de emergencia, que afectaron la fluidez del traslado de las imágenes. Sin embargo, estos contratiempos no empañaron la devoción ni el éxito de la jornada, puesto que los asistentes supieron valorar la magnitud y emotividad del encuentro cofrade más allá de cualquier dificultad.

Al caer la noche, la solemnidad se intensificó, con las imágenes bajo palio destacando en su expresividad y haciendo aún más palpable la invitación a la introspección y la oración. Imágenes como la Virgen de la Esperanza, la Virgen de la O y la Virgen de la Paz hicieron su recorrido final entre aclamaciones y respeto.

El cierre de un día inolvidable

El ceremonial concluyó con el paso del Señor Resucitado, acompañado por la reconocida agrupación musical Santa María Magdalena de Arahal, lo que cerró una jornada vibrante con esperanza y alegría a pesar de la intensa emotividad vivida durante el día. Este evento, que pudo ser seguido tanto presencialmente como por medios audiovisuales, remarcó el valor de la fe y la tradición cofrade en Córdoba, convirtiéndose así en un referente anual para los fieles y amantes de la Semana Santa en Andalucía.

Sin duda, el Vía Crucis Magno no solo fue una manifestación religiosa sino un acto cultural imborrable que reforzó la identidad de Córdoba como epicentro de la devoción andaluza.

Imagen: www.abc.es

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