El regreso de la misa tradicional en la Basílica de San Pedro
Este sábado por la tarde, seguidores del rito tridentino tendrán la oportunidad de asistir a una misa tradicional en la icónica Basílica de San Pedro, una celebración litúrgica que llevaba años limitada tras las reformas y restricciones instauradas por el Papa Francisco en 2021.
El contexto histórico: del Vaticano II a las restricciones del Papa Francisco
La transformación del rito tras el Concilio Vaticano II
El Concilio Vaticano II, celebrado en la década de los 60, introdujo cambios fundamentales en la celebración de la misa. El entonces Papa Pablo VI instauró un nuevo rito eucarístico que permitía orar en las lenguas vernáculas y flexibilizó varios aspectos litúrgicos tradicionales. como la sustitución del latín, el aumento en la variedad de lecturas bíblicas y la modificación de las rúbricas. Esta reforma terminó restringiendo la antigua «Misa Tridentina», que fue la forma tradicional durante siglos.
Intentos de reconciliación y limitaciones posteriores
Años después, el cardenal Joseph Ratzinger, en su etapa como Papa Benedicto XVI, intentó tender puentes hacia las comunidades tradicionalistas permitiendo de nuevo la celebración de la Misa Tridentina en ciertos casos como «rito extraordinario». Sin embargo, esta apertura fue reducida nuevamente en 2021 por el Papa Francisco, quien alegó que estas celebraciones no fomentaban la unidad ni la implementación de las reformas del Concilio Vaticano II, estableciendo fuertes límites para su realización.
La misa del sábado y la intervención del Papa León XIV
Con una excepción tradicionalista significativa, el Papa León XIV ha autorizado la realización de una misa según el misal tridentino aprobado en 1962 por Juan XXIII y reconocido como rito extraordinario hasta las restricciones de 2021. La ceremonia será oficiada por el reconocido cardenal Raymond Burke, importante defensor del rito antiguo, y se celebrará en el Altar de la Cátedra, uno de los espacios principales de la basílica, con capacidad para miles de fieles, a diferencia de la pequeña capilla donde antes permitían estas ceremonias.
Este evento coincide con una peregrinación anual de católicos tradicionalistas denominados ‘Summorum Pontificum’ que viajarán desde alrededor de 100 países para participar en esta reunión de fe y tradición dentro del Jubileo. El recorrido incluye una procesión previa y la entrada por la Puerta Santa al jubileo.
Reacciones dentro de la comunidad tradicionalista y la Iglesia
Un gesto de esperanza para los tradicionalistas
Este permiso ha sido recibido con una notable alegría entre los seguidores del rito tridentino. Christian Marquant, organizador del evento, expresó su gratitud y esperanza en que este gesto sea el inicio de una mayor apertura para la celebración libre de la misa tradicional:
«Sentimos la alegría de la paz y la gratitud por regresar, gracias al Cielo y al Papa León, y a nuestros santos hábitos espirituales y litúrgicos.»
Por su parte, la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, grupo tradicionalista vinculado al obispo cismático Marcel Lefebvre, ha solicitado la eliminación completa de las restricciones, promoviendo la normalización de este rito dentro de la Iglesia.
Una cuestión polarizadora dentro del catolicismo
El Papa León XIV ha expresado en entrevistas que la liturgia se ha convertido en un tema políticamente polarizado dentro de la Iglesia, alejando a sus seguidores y dificultando el diálogo. Reconoció también que algunos abusos litúrgicos posteriores al Concilio Vaticano II han afectado a la experiencia de fe de muchos fieles, lo que impulsa la reflexión para encontrar un equilibrio entre las distintas formas de celebrar la misa.
Esta misa tradicional programada puede ser el punto de partida para una conversación más amplia sobre la unidad y la diversidad litúrgica en la Iglesia católica.
Importancia de la ceremonia y perspectivas futuras
Esta celebración en uno de los templos más emblemáticos del catolicismo marca un hito dentro del debate sobre la misa tradicional y su lugar en la actualidad. El permiso del Papa León XIV representa no solo una oportunidad para los seguidores de mantener viva una tradición litúrgica, sino también una señal sobre la voluntad de la Iglesia de buscar caminos de unidad que reconozcan la pluralidad de experiencias espirituales.
El hecho de que esta misa sea oficiada en un espacio con aforo para miles de personas demuestra un gesto simbólico fuerte que podría sentar precedentes respecto al futuro de las restricciones impuestas por el Papa Francisco.
Enlaces relacionados:
- Noticias del Vaticano – Vatican News
- ACIPress – Información católica y religiosa
- Concilio Vaticano II en Wikipedia
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Imagen: www.abc.es




