## Historia y legado de La Cartuja Pickman en Sevilla
La fábrica de La Cartuja Pickman, ubicada en el antiguo Monasterio de Santa María de Las Cuevas en Sevilla, inició su actividad hace ya 184 años con la creación de su primera pieza, un palanganero que ya mostraba el característico diseño que definiría a esta marca emblemática en España. Fundada por el Marqués de Pickman, esta fábrica de ensueño fue destinada a la producción de vajillas de loza inglesa, fusionando la tradición artesanal con la innovación industrial.
## La evolución y las dificultades financieras a lo largo del tiempo
Desde su establecimiento, La Cartuja Pickman ha pasado por diversas vicisitudes, incluyendo su integración en Rumasa, el grupo empresarial de José María Ruiz Mateos, y su expropiación por el Gobierno de Felipe González. Además, ha recibido ayudas de la Junta de Andalucía en el marco del polémico programa de ayudas ERE. Su relación con las instituciones públicas ha sido estrecha, pero no suficiente para evitar que, hoy, se encuentre nuevamente en concurso de acreedores y en proceso de liquidación.
Actualmente, la familia Zapata, propietaria de la fábrica a través de la empresa Ultralta SL, busca inversores interesados en adquirir la unidad productiva para evitar la desaparición definitiva de la empresa. De confirmarse el cierre, las vajillas de La Cartuja, presentes en muchas hogares, pasarán a ser codiciadas piezas de colección.
## El valor artesanal y el potencial de la producción actual
Según José Hurtado, ex trabajador hornero y actual secretario de la federación de Industria de CCOO Andalucía, „La Cartuja Pickman sigue teniendo un enorme potencial a través de su marca y el saber hacer de los aproximadamente treinta trabajadores que permanecen vinculados a la fábrica“. La producción artesanal aún mantiene procesos manuales cruciales, como la elaboración manual de moldes, el ensamblaje de las asas y el acabado detallado de cada pieza, lo que convierte cada producto en una auténtica obra de arte.
Asimismo, la materia prima utilizada —una mezcla específica de cuarzo, caolín, feldespato, sílice, arcilla y arena— da a la loza un brillo y textura únicos, diferenciándose claramente de otras porcelanas. Este saber hacer tradicional es uno de los grandes activos que la empresa aún posee.
## Intentos de rescate y obstáculos actuales
En los últimos años, han surgido al menos tres empresarios interesados en revitalizar la firma, pero los trabajadores mantienen el escepticismo debido a experiencias anteriores. Los intentos previos quizás carecieron de una visión comercial sólida para actualizar diseños y modernizar maquinaria.
De hecho, la empresa ha conservado clientes de relevancia como El Corte Inglés, Heineken o Tabacalera, pero la inercia no ha sido suficiente para garantizar un futuro prospero. José Hurtado lamenta la ausencia de una „apuesta comercial contundente“ que impulse a La Cartuja Pickman hacia la modernidad.
Una de las puntillas que han debilitado gravemente la empresa fue una reclamación extemporánea y, según sus propietarios, injustificada de la Tesorería de la Seguridad Social por 6 millones de euros en concepto de impagos de anteriores administraciones. Aunque la justicia les dio la razón, la empresa ya había acumulado nuevas deudas, lo que agravó la situación financiera y llevó a otro proceso de liquidación.
Actualmente, la familia Zapata estudia incluso reclamar daños y perjuicios por este desgaste económico originado en la gestión de la Tesorería. José Hurtado detalla que «el 23 de julio se superó un concurso de acreedores pero, a inicios de septiembre, un nuevo embargo paralizó las cuentas de la empresa».
## Historia social y cultural de La Cartuja Pickman
En sus orígenes, el Marqués de Pickman incorporó a 56 maestros alfareros de Inglaterra, pero pronto descubrió que los artesanos locales aprendían con rapidez, con lo que en poco tiempo la plantilla fue mayormente autóctona mientras la dirección permanecía extranjera. La fábrica fue pionera en políticas sociales, ofreciendo a las trabajadoras un litro diario de leche para su salud, y contando con guarderías que atendían a sus hijos, lo que fue una innovación en Sevilla para la época.
El aire caliente generado por las chimeneas se canalizaba para secar la cerámica y calentar los talleres, y muchos obreros habitaban en terrenos de la fábrica.
## Reconocimientos y prestigio internacional
En 1871, La Cartuja Pickman fue nombrada proveedora de la Casa Real española, un título que reafirmó su prestigio cuando el rey Amadeo I de Saboya concedió el título de Marqués de Pickman a su fundador por su contribución industrial. A lo largo de su historia, la firma también ha equipado casas reales europeas, convirtiéndose en sinónimo de distinción y calidad.
## El futuro incierto de un patrimonio industrial de Sevilla
Durante décadas, las vajillas de La Cartuja formaron parte del ajuar de innumerables familias sevillanas y españolas, además de ser regalos recurrentes en listas de bodas, símbolo de tradición y elegancia.
Si la liquidación concluye, desaparecerá no solo una empresa, sino también un patrimonio industrial asociado a la identidad sevillana y andaluza, convirtiendo las piezas en relicarios que evocan la historia artesanal e industrial de la región.
Imagen: www.elmundo.es




