Visita histórica de Carlos III al Vaticano
El jueves 23 de octubre de 2025, el Palacio Apostólico del Vaticano fue escenario de un encuentro diplomático singular donde el rey Carlos III de Inglaterra y la reina Camila realizaron una visita de Estado, reforzando los lazos entre la Iglesia de Inglaterra, de la cual Carlos es el Gobernador Supremo, y la Iglesia Católica Romana. La bandera de la Casa de Windsor ondeó junto a los emblemas papales en señal de esta reunión ecuménica.
Oración ecuménica en la Capilla Sixtina
Un momento de unidad y respeto
La visita incluyó una oración conjunta en la Capilla Sixtina, donde los monarcas británicos compartieron liturgia con el Papa León XIV y el Arzobispo anglicano de York. Esta ceremonia, carente de homilías, se centró en alabar la creación y resaltar elementos comunes entre católicos y anglicanos, en un momento delicado para la Iglesia Anglicana tras el nombramiento de una mujer como arzobispa de Canterbury, que ha provocado divisiones en algunas iglesias, especialmente en África.
Durante la oración, solo el Papa y el arzobispo pronunciaron breves oraciones mientras tres coros —la Capilla Real de Su Majestad, la Capilla de San Jorge de Windsor y la Capilla Sixtina— entonaban salmos. La ministra británica de Asuntos Exteriores, Yvette Cooper, leyó un fragmento de la epístola de San Pablo a los Romanos.
Gestos de respeto y regalos
En un gesto especial, Carlos III se inclinó respetuosamente ante un crucifijo al entrar a la Capilla Sixtina. Tras la oración, el Papa mostró al monarca dos tapices diseñados por Rafael, rememorando su confección para ese lugar. Luego, juntos caminaron a la Sala Regia, donde intercambiaron orquídeas y árboles con representantes de iniciativas de sostenibilidad.
Al finalizar, el Papa rompió su protocolo habitual, acompañándolos hasta la puerta del coche y recibiendo un último saludo del rey desde su Bentley, lo que denota la cordialidad de esta visita.
Encuentro en la biblioteca privada del Papa
A media mañana, el Bentley de Estado británico ingresó al Vaticano, escoltado por la Guardia Suiza. Carlos III y la Reina Camila fueron recibidos por el prefecto de la Casa Pontificia, Leonardo Sapienza, y el príncipe Mariano Hugo di Windisch-Graetz, en representación de la aristocracia vaticana. El rey vistió un traje azul oscuro con corbata negra y una orquídea en el ojal, mientras que la reina lució un traje oscuro con un velo en el protocolo habitual del encuentro.
Tras los himnos oficiales, la pareja caminó por las Galerías de Rafael hasta la biblioteca privada del Papa, donde se produjo el encuentro a puerta cerrada. En tono cordial, ambos monarcas y el pontífice intercambiaron saludos y expresaron mutua consideración.
Como muestra de respeto, Carlos III regaló al Papa una foto enmarcada dedicada junto a un icono de San Eduardo el Confesor, único monarca inglés canonizado. A cambio, el Papa le obsequió una imagen mosaica del Cristo Pantocrátor de la Catedral de Cefalú y un mensaje para la Jornada Mundial de la Paz.
Condecoraciones y diálogo sobre retos globales
Durante la reunión, ambos dignatarios intercambiaron condecoraciones: Carlos III nombró al Papa Caballero de la Gran Cruz de la Orden de Bath, y el Pontífice otorgó a Carlos el título de Caballero de la Gran Cruz con Collar de la Orden Vaticana de Papa Pío IX, la máxima distinción pontificia para jefes de Estado.
Además, se abordaron temas de interés como la protección del medio ambiente, la lucha contra la pobreza y la promoción de la paz y seguridad a nivel mundial. La Secretaría de Estado del Vaticano informó que también se conversó sobre la importancia de mantener el diálogo ecuménico en la historia compartida entre ambas Iglesias.
Un dato relevante destacado por Buckingham Palace fue la presencia del cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado vaticano, en la coronación de Carlos III en 2023, siendo el primer representante papal en acudir a dicha ceremonia desde la Reforma Protestante.
Ceremonia en la Basílica de San Pablo Extramuros
Por la tarde, la pareja real asistió a una ceremonia ecuménica en la basílica papal de San Pablo Extramuros. En esa ocasión, Carlos III fue nombrado “Royal Confrater” o Cofrade Real, título que simboliza la comunión espiritual entre la Corona británica y la basílica, un vínculo que data de siglos atrás hasta la ruptura provocada por Enrique VIII.
La Reina Camila cambió a un traje beige para esta ceremonia, más acorde al carácter festivo después de la solemnidad de la mañana. La entrada se efectuó por la Puerta Santa, una de las metas del actual Jubileo.
En la basílica, los monarcas reservaron un momento privado para la reflexión y oración en la tumba de San Pablo. El abad Donato Ogliari le aseguró al Rey que “usted se convierte en uno de nuestros hermanos”, resaltando el significado espiritual de este título.
Además, se propuso que el Papa León XIV sea nombrado “Papal Confrater” o Cofrade Papal de esta basílica, honor que el Pontífice aceptó con agrado, reflejando la estrecha amistad entre la Iglesia Católica y la Iglesia de Inglaterra.
Un acercamiento histórico entre Londres y el Vaticano
Este encuentro constituye un avance histórico en las relaciones entre el Vaticano y el Reino Unido, con gestos y simbolismos que evidencian un acercamiento sin precedentes luego de cinco siglos de distanciamiento religioso.
Según expresan fuentes oficiales, la visita conmemoró el Jubileo y la relación ecuménica cálida y duradera entre ambas Iglesias, con especial énfasis en la colaboración para enfrentar los desafíos globales y promover la unidad religiosa.
Para conocer más sobre la historia de la monarquía inglesa y el Vaticano, puede visitar Sitio oficial del Vaticano y Portal de la Familia Real Británica.
Imagen: www.abc.es
