- Oct 23, 2025

Universidad de Granada establece un límite a la sobreprotección parental en estudiantes mayores de edad

Un cartel que marca un antes y un después en la autonomía universitaria

En la Universidad de Granada ha surgido un aviso contundente que ha generado debate: un cartel que dice “El vicedecanato de prácticas no atiende a padres. Todo el alumnado de prácticas es mayor de edad”. Este mensaje, colocado en la Facultad, busca frenar la intervención excesiva de padres y madres —también conocidos como padres helicóptero— en la vida académica y laboral de jóvenes de tercer y cuarto curso universitario.

Este fenómeno, que preocupa no solo en Granada sino a nivel nacional, refleja un cambio social en el que algunos padres sobreprotegen a jóvenes adultos, impidiendo que desarrollen su autonomía y asuman responsabilidades que son propias de su edad, generalmente entre 22 y 23 años.

Profesor universitario denuncia la pérdida de autoridad docente y el intrusismo familiar

Daniel Arias Aranda, profesor del grado en ADE y uno de los que impulsó este mensaje, señala que el problema no solo está en los padres, sino también en un sistema educativo que ha ido perdiendo autoridad.

Según Arias Aranda, esta pérdida de respeto hacia los docentes fomenta un caldo de cultivo en el que las familias tienden a entrometerse en las decisiones académicas y profesionales de sus hijos, incluso en esta etapa universitaria. «Antes era impensable que padres acudieran a revisar exámenes o tomaran decisiones al respecto, pero ahora es cada vez más común», comenta el docente.

Una medida que ya se hace viral y que reivindica la autonomía del alumno

Pedro Valdivia, vicedecano de prácticas de la Facultad de Ciencias de la Educación, explica que aunque los casos de padres que intervienen directamente en prácticas universitarias son aún puntuales, es esencial que los estudiantes desarrollen su autonomía y responsabilidad en esta etapa fundamental de su formación.

Sobreprotección parental extendida a educación secundaria y bachillerato

Este fenómeno no queda solo en la universidad. Pilar, madre de una estudiante que asistió sola a una jornada de puertas abiertas en una universidad privada en Madrid, destaca que la mayoría de los jóvenes iban acompañados de sus padres, un contraste que evidencia la intensidad del sobreprotección actual.

En palabras de Pilar: “Creo que algún día tienen que crecer y operar solos, aunque nosotros paguemos la universidad”. La reacción de otros asistentes que la miraban con lástima hacia a su hija se contrapone a la realidad de que ella estaba preparándose de forma independiente para su futuro académico, lejos de la sombra de la sobreprotección.

Testimonio impactante desde la enseñanza secundaria

Elvira Roca, profesora de Lengua y Literatura en un instituto andaluz, explica que la sobreprotección también se manifiesta en etapas previas: en Institutos y colegios, los padres suelen intervenir en asuntos académicos que corresponden a los estudiantes, incluso protestando cuando sus hijos suspenden.

Relata un caso donde un alumno de segundo de Bachillerato suspende dos evaluaciones y acaba llorando en clase. Su madre, al día siguiente, reprochó a la profesora por lo que consideraba una humillación pública, un claro ejemplo del intrusismo y la falta de desarrollo de resiliencia en los jóvenes.

La visión de expertos sobre la sobreprotección y sus consecuencias

El reconocido filósofo y pedagogo Gregorio Luri añade otra perspectiva, calificando la sobreprotección como una forma de maltrato. En su opinión, muchos padres no han dimitido de sus funciones sino que, influenciados por una «industria del malestar», patologizan conductas normales de sus hijos, lo que los lleva a una protección exagerada que limita el desarrollo de la autonomía infantil y juvenil.

Esta situación se ha agravado con el auge de las redes sociales, donde tanto padres como hijos conviven entre el mundo real sobreprotegido y un mundo virtual en el que, por paradójico que parezca, los jóvenes están más desprotegidos.

El desequilibrio digital según psicólogos sociales

El psicólogo social Jonathan Haidt ha estudiado el impacto de internet en la salud mental de los jóvenes nacidos después de 1996. Haidt sostiene que mientras los padres tienden a ser sobreprotectores en el mundo real, sus hijos están vulnerables y sin protección en el entorno digital, lo que genera problemas como estrés, ansiedad y depresión.

Críticas a la sobrediagnosis y sobremedicación infantil

Por otra parte, Abigail Shrier, en su libro ‘Mala terapia: por qué los niños no maduran’, critica la tendencia a sobreproteger, diagnosticar y medicar a niños y adolescentes. Shrier aboga por permitir que los jóvenes enfrenten retos y dificultades para que maduren correctamente, criticando que esta situación ha llevado incluso a prohibir el acceso de padres a despachos universitarios cuando el estudiante es mayor de edad.

Fomentar la autonomía es clave para la madurez personal y académica

En definitiva, el crecimiento personal y académico de los jóvenes pasa por fomentar su autonomía, evitar la sobreprotección y permitir que asuman las consecuencias de sus decisiones. La Universidad de Granada, con este cartel, envía un mensaje claro de que la protección excesiva puede perjudicar el desarrollo de estudiantes que oficialmente ya son adultos.

Este debate continúa vigente y genera reflexión entre familias, educadores y la sociedad en general sobre la mejor manera de acompañar el paso de la juventud a la madurez.

Cartel universitario que prohíbe atender a padres de estudiantes adultos en la Universidad de Granada
Cartel instalado en la Universidad de Granada para fomentar la autonomía de los estudiantes mayores de edad. Imagen: www.abc.es

Imagen: www.abc.es

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