La Virgen de la Victoria vuelve a llenar de fervor las calles de Málaga
El 8 de septiembre de 2025, Málaga se vistió de gala para celebrar la tradicional procesión en honor a su patrona, la Virgen de la Victoria. Esta festividad, que tiene sus raíces en la conquista de la ciudad en 1487, es el punto de encuentro para miles de devotos que cada año recorren el centro histórico acompañando a la imagen mariana.
La edición de este año destacó por el estreno de un nuevo trono y la masiva participación ciudadana, que confirmó una vez más la importancia de esta fecha en el calendario religioso y cultural de Málaga.
Un día lleno de actos religiosos y tradición
La jornada comenzó temprano, a las 10:45 horas, con un pasacalles de la Banda de la Virgen del Rocío que recorrió desde el Paseo del Parque hasta la emblemática calle Larios, dando paso a la misa estacional en la Catedral a las 11:30 horas. El oficio religioso estuvo presidido por monseñor José M. Gil Tamayo, arzobispo de Granada, quien bendijo el nuevo trono y el templete dieciochesco recuperado para la ocasión.
Después de la misa, a las 12:15 tuvo lugar la tradicional ofrenda floral en la escalinata de la Catedral, seguida de un desfile de oferentes. Por la tarde, a las 19:30, comenzó la esperada procesión desde el Patio de los Naranjos hacia el Santuario, con un recorrido que atravesó puntos emblemáticos como la plaza del Obispo, la calle Marqués de Larios o la plaza de la Constitución.
El recorrido devocional que une historia y corazón
La procesión de la Virgen de la Victoria es una de las manifestaciones religiosas más arraigadas en Málaga, con una trayectoria histórica que remonta a la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos. Según la tradición, la Virgen tuvo un papel fundamental en aquella victoria, lo que motivó la construcción del Santuario en el antiguo campamento real.
La procesión este año unió nuevamente la Catedral con el Santuario, recorriendo calles como Santa María, Strachan, Calderería y la emblemática calle de la Victoria, donde los fieles esperaban con petaladas y vítores a la patrona, ambiente especialmente vibrante y emotivo que reunió a personas de todas las edades.
Testimonios que muestran una devoción sin edad
Entre los asistentes destacaron experiencias como la de Aurora Díaz Cabrera, una maestra jubilada que asiste a la procesión desde su nacimiento y afirma que seguirá haciéndolo «hasta que me muera». La procesión también fue ocasión para el reencuentro familiar, como explicó Carmen Millán, que acudió con su nieta y sobrina para compartir esta tradición con su familia.
Por otro lado, los jóvenes Dani Vallejo y Juan Marcos Martín, de apenas 20 años, destacaron la importancia de la procesión aunque la vean diferente a la Semana Santa, valorando su carácter más «recogido» y su ambiente de cercanía entre los asistentes.
La Virgen de la Victoria: historia y cultura de Málaga
La devoción a la Virgen Patrona de Málaga se oficializó en el siglo XIX, cuando el Papa Pío IX la declaró patrona principal de la ciudad. Desde entonces, la Virgen de la Victoria ha sido un símbolo de protección y esperanza para los malagueños, algo palpable en cada edición de la procesión tradicional.
Este año, además, fue el último acto litúrgico en el que participó el obispo Catalá, acompañado por el arzobispo de Granada, siendo un momento de transición antes de la primera homilía del nuevo obispo de Málaga, monseñor Satué, prevista para el 13 de septiembre.
La música y la solemnidad en la procesión
La procesión estuvo acompañada por la Banda de Cornetas y Tambores del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga, encargada de abrir el cortejo, mientras la Banda de Música «Maestro Eloy García» de la Archicofradía de la Expiración fue responsable de la música tras el trono, manteniendo la tradición que distingue este acto religioso y cultural.
Conclusiones: una tradición viva que une generaciones
La procesión de la Virgen de la Victoria es más que un acto religioso: es un evento que refleja la identidad cultural y el sentido de comunidad entre los malagueños. La fidelidad de miles de devotos, desde niños hasta personas mayores que han vivido la cercanía de la Virgen desde siempre, da testimonio del arraigo y la importancia del culto en la provincia.
Este evento anual no solo permite expresar la fe, sino que también fortalece los lazos familiares y sociales, sumando a las nuevas generaciones a mantener viva esta tradición histórica.
Imagen: www.abc.es