Elecciones municipales en Venezuela bajo la sombra del régimen de Nicolás Maduro
El domingo 27 de julio de 2025, Venezuela fue llamada a elegir a 335 alcaldes en unas elecciones municipales marcadas por la apatía y la desconfianza. La mayoría de los venezolanos perciben que el voto no representa una verdadera elección, ya que el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el régimen de Nicolás Maduro, coordina y supervisa todo el proceso. Este escenario genera un ambiente de incredulidad en torno a la legitimidad de los comicios.
Contexto político y social en Caracas durante las elecciones
La rutina de una ciudad que convive con la crisis
Las calles de Caracas mantuvieron su movimiento habitual a pesar de las elecciones. El tráfico en la capital venezolana fluyó normalmente, los supermercados estuvieron abiertos, y los niños jugaron en los parques sin percibir la tensión política del día. Sin embargo, en los centros electorales se reflejaba un ambiente de desinterés y desencanto entre los votantes, quienes comentaban con tristeza la situación de un país inmerso en una profunda crisis económica, social y política.
La ausencia de masas y el desencanto en bastiones chavistas
Lugares como Catia, otrora fortín del chavismo, mostraron una notable disminución en la participación electoral. Cerca del Cuartel de la Montaña —donde reposan los restos de Hugo Chávez— apenas se contaban unos pocos votantes. Aunque en algunos sitios se utilizaron cornetas recordando al fallecido líder, los habitantes pasaban de largo, evidenciando que el entusiasmo por el régimen se ha erosionado considerablemente con los años.
Coacción y apatía entre los votantes
El flujo en las mesas electorales fue superior al registrado en elecciones regionales y parlamentarias previas, pero lejos de la masiva asistencia de julio de 2024. La diferencia se hizo evidente en los comentarios de los ciudadanos, que se mostraron cansados y desmotivados. Una anciana en Caracas reflejaba esta actitud al señalar que, aunque las elecciones anteriores habían generado algo de esperanza, esta convocatoria era «más pequeña» y con menos ánimo.
La coacción también tuvo su papel en estas votaciones. Algunos empleados públicos admitieron que recibieron órdenes de participar y luego de completar encuestas con datos personales para justificar su votación, un mecanismo que refuerza el control sobre quienes dependen del Estado para su ingreso.
Oposición marginada y alcaldes perseguidos
La principal fuerza opositora encabezada por María Corina Machado decidió no participar en estos comicios, denunciando abiertamente un fraude electoral desde los comicios presidenciales de julio de 2024. Por su parte, los candidatos oficialistas compitieron sin adversarios reales, mientras algunos alcaldes opositores que buscan la reelección son vistos con recelo por la población y denominados despectivamente como «alacranes» por su aparente colaboración con el chavismo.
Después de las presidenciales de 2024, al menos 12 alcaldes fueron inhabilitados por la Contraloría General, mientras 18 fueron detenidos y varios investigados por supuesta corrupción. El caso del alcalde de Maracaibo, Rafael Ramírez, arrestado arbitrariamente y cuya ubicación se desconoce, ha sido uno de los más emblemáticos en esta ola de persecución política.
La migración como salida ante la crisis
Para muchos venezolanos, la única solución a la desesperanza pasa por emigrar. Durante la jornada electoral, algunas personas compartían experiencias dolorosas relacionadas con la separación familiar debido a la necesidad de buscar mejores condiciones de vida en el extranjero. Los salarios extremadamente bajos y el incremento constante del costo de la vida convierten en inalcanzable la cobertura básica, lo que ha impulsado a un éxodo masivo que ya suma más de 9 millones de personas desde 2013.
El Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, en Maiquetía, refleja esta realidad: viajeros que vuelven a sus países de acogida tras breves visitas, conscientes de las limitaciones y graves problemas económicos que persisten en Venezuela.
Conclusión: Elecciones municipales entre escepticismo y control oficial
En definitiva, las elecciones municipales de Venezuela transcurren en un ambiente dominado por el control férreo del régimen de Nicolás Maduro sobre el proceso electoral y por un amplio rechazo social y político. La falta de competencia real, la persecución política a miembros de la oposición y las condiciones de vida adversas hacen que estos comicios sean vistos por muchos como una farsa que no traerá el cambio que el país necesita.
Este panorama confirma la continuidad de la crisis democrática en Venezuela y el alejamiento de la voluntad popular como eje fundamental del sistema político nacional.
Imagen: www.abc.es


 
                 
                                                         
                                                         
                                                         
                                                        

 
														 
														 
														 
														 
														 
														