Un multitudinario cierre del Jubileo de los Jóvenes en Roma
El Papa León XIV presidió la misa de clausura del Jubileo de los Jóvenes, congregando a más de un millón de personas en el campus de Tor Vergata, cerca de Roma. En un evento cargado de emotividad, el Santo Padre llamó a la juventud mundial a desafiar las prioridades impuestas por la cultura actual y a ser ejemplo de un mundo basado en la fraternidad, la amistad y la resolución pacífica de conflictos a través del diálogo.
El mensaje central de esperanza y fraternidad
Durante la ceremonia, el Papa destacó que los jóvenes representan la posibilidad real de un mundo diferente, dejando claro que los conflictos no deben resolverse con armas sino mediante el diálogo y la comprensión. En especial, recordó a los jóvenes afectados por las guerras en Gaza, Ucrania y otras regiones que sufren las consecuencias de los conflictos armados.
Un encuentro marcado por la diversidad y la espiritualidad
La misa, celebrada en una explanada repleta de jóvenes de diferentes culturas y nacionalidades, contó con la participación de 7.000 sacerdotes, 450 obispos y numerosos cardenales, entre ellos los españoles Juan José Omella y José Cobo. Un coro de cuatrocientas voces y una orquesta interpretaron cánticos en múltiples idiomas, creando un ambiente de unión y espiritualidad profunda.
El Pontífice les animó a no temer sus fragilidades ni los límites personales, sino a verlos como caminos para encontrar a Dios y vivir una vida constante de renovación basada en el amor y el don. En sus palabras, subrayó la importancia de abrir el corazón a Dios desde jóvenes y aventurarse con fe hacia el infinito.
Una llamada a la memoria y al compromiso
León XIV invitó a los jóvenes a guardar en la memoria este Jubileo, un encuentro que ha propiciado el intercambio cultural y el diálogo entre coetáneos de todo el mundo. Destacó las experiencias compartidas durante el evento, como las confesiones en el histórico Circo Máximo y las actividades culturales, artísticas y deportivas que fortalecieron los lazos entre los asistentes.
Palabras especiales para jóvenes en zonas de conflicto
El Papa mostró su cercanía solidaria hacia quienes no pudieron asistir por motivos de fuerza mayor, especialmente los jóvenes de zonas en guerra. Les pidió transmitir el mensaje de esperanza y unidad a todos aquellos que no tuvieron oportunidad de estar presentes en Roma y les llamó a ser protagonistas de un mundo donde la paz se imponga frente a la violencia.
Un gesto humano más allá del protocolo
Tras la ceremonia, León XIV sorprendió al público al salir nuevamente del recinto para despedirse de los jóvenes desde el papamóvil, un gesto poco habitual que reflejó su profundo afecto y compromiso con la juventud mundial. Antes de regresar al Vaticano en helicóptero, sobrevoló varias veces la explanada para despedirse visualmente de los asistentes, conscientes de que en ellos descansa el presente y futuro de la Iglesia y de la humanidad.
Recordando a jóvenes fallecidos durante el Jubileo
En sus palabras durante el ángelus, el Pontífice recordó con dolor a María Cobo, joven española que tuvo que abandonar el evento por problemas de salud y falleció pocos días después, así como a Pascale, una joven egipcia que murió a causa de un infarto durante la celebración. Ambos casos fueron mencionados con respeto y afecto, en señal de la comunidad espiritual que une a todos los participantes.
Próxima cita en la Jornada Mundial de la Juventud en Seúl
Finalmente, el Papa invitó a los jóvenes a reencontrarse en la próxima Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Seúl, Corea del Sur, entre el 3 y el 8 de agosto de 2027, reafirmando su compromiso por acompañar y apoyar a las nuevas generaciones en su camino de fe y esperanza.
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El Papa León XIV saludando a los jóvenes durante la misa de clausura del Jubileo en Tor Vergata, Roma.
Imagen: www.abc.es