- Oct 06, 2025

El infradiagnóstico de la superdotación en España: miles de estudiantes sin atención especial

El reto del reconocimiento de las altas capacidades en España

En España, la identificación de alumnos superdotados o con altas capacidades sigue siendo un desafío evidente. Según datos oficiales del Ministerio de Educación, se han diagnosticado solo 51.395 estudiantes con altas capacidades, lo que representa un 0,62% del total de alumnos. Sin embargo, diversos estudios indican que aproximadamente un 2% de los estudiantes poseen un cociente intelectual (CI) superior a 130, lo que los clasifica como superdotados, y que, además, cerca del 10% destacan por encima de la media en habilidades intelectuales.

Estas cifras sugieren que alrededor de 110.000 estudiantes podrían ser superdotados y más de 600.000 presentar altas capacidades, pero la mayoría no recibe una atención adecuada ni reconocimiento en el sistema educativo.

Testimonios que reflejan el subdiagnóstico y el impacto social

El infradiagnóstico provoca situaciones complejas, como la del magistrado que, tras años de aislamiento y dificultades sociales, descubrió que sus problemas de sociabilidad se deben a un talento intelectual no reconocido desde la infancia. Este caso pone en evidencia la desconexión entre el potencial intelectual y la detección institucional.

El caso de Jackeline De Barros

Por otro lado, Jackeline De Barros, residente en Málaga, revela cómo recibió un diagnóstico de superdotación con un CI superior a 140 en su niñez, pero años después, pruebas posteriores mostraron un cociente mucho más bajo. Jackeline explica que creció con miedo a parecer arrogante, lo que la llevó a ocultar sus capacidades. Este testimonio destaca las limitaciones actuales de los instrumentos de medición del CI y su evolución a lo largo del tiempo.

Problemas estructurales en la detección y atención educativa

Alicia Rodríguez, presidenta de la Asociación Española de Superdotados y con Talento (AEST), denuncia las deficiencias en los recursos destinados a la detección y atención de estos alumnos. Los mismos equipos que atienden a niños con dislexia, déficit de atención o trastornos del espectro autista reciben las solicitudes para evaluar altas capacidades, lo que genera largas esperas y retrasos de hasta tres años para realizar valoraciones especializadas.

Además, la ausencia de psicólogos clínicos en estos equipos es uno de los factores que contribuyen a errores y demoras en el diagnóstico, dejando a muchos niños sin la adecuada orientación para su desarrollo académico y personal.

¿El CI es estable durante la vida?

Un punto en debate es la estabilidad del CI a lo largo del tiempo. Estudios científicos afirman que el CI se mantiene generalmente estable durante la vida hasta los 60 años, pero factores como el abuso de drogas, alcoholismo o el consumo indebido de medicamentos pueden afectar la rapidez mental y el rendimiento intelectual.

La psicóloga Carmen Sanz Chacón explica la importancia de ejercitar el cerebro para preservar sus funciones, recordando que, en estudios como el de los taxistas londinenses, se ha evidenciado cómo ciertas experiencias pueden fomentar el desarrollo cerebral en áreas específicas.

Sexo y superdotación: un diagnóstico desigual

Un aspecto llamativo es que el infradiagnóstico afecta más a las mujeres que a los hombres. Según datos oficiales, solo un 35% de los alumnos identificados con altas capacidades son mujeres, mientras que el 65% son hombres.

Javier G. Recuenco, portavoz de IQ Pride, señala que las chicas tienden a enmascarar sus habilidades para integrarse socialmente, madurando más rápido y evitando destacar. Esto genera patrones donde niñas con altas capacidades solo responden en exámenes lo suficiente para aprobar, sin mostrar su potencial completo.

La sociedad y el temor a la manifestación de la inteligencia

La percepción social sobre las altas capacidades incorpora estigmas derivados de tradiciones culturales y religiosas, que relacionan la inteligencia excepcional con pecados como la vanidad o el ego. Esta carga simbólica dificulta la aceptación y el reconocimiento abierto de la superdotación.

Recuenco lamenta que la superdotación se asocie erróneamente con elitismo o eugenesia, lo que añade un complejo contexto en la educación y en la visibilización de estos niños y jóvenes.

Conclusión

La realidad es que, lejos de los círculos sociales donde los padres presumen de las capacidades de sus hijos, muchos alumnos superdotados ni siquiera saben que lo son, lo que complica su desarrollo emocional y social. Es fundamental que el sistema educativo y la sociedad en general mejoren la detección, el diagnóstico y la atención a estos estudiantes para que puedan desplegar todo su potencial.

Imagen: www.abc.es

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