- Nov 01, 2025

Una familia vive desde hace seis décadas dentro del cementerio de Poble Nou en Barcelona

Una vida entre lápidas: la historia de una familia en el cementerio de Poble Nou

A pocos metros de interminables hileras de lápidas y rodeada por cipreses y panteones, se encuentra una peculiar vivienda que ha sido hogar de la familia Arias durante más de seis décadas. Manuel Arias, patriarca y sepulturero durante más de 50 años en el antiguo cementerio de Poble Nou de Barcelona, vive con algunos de sus hijos en esta residencia ubicada dentro del propio recinto mortuorio. A pesar del entorno sombrío, esta familia ha compartido una vida de absoluta normalidad y felicidad, con un profundo respeto hacia lo que significa la muerte.

El origen de una vida singular en el cementerio

Manuel Arias emigró en 1953 desde una pequeña aldea de los Ancares en León hacia Barcelona, donde rápidamente consiguió trabajo como funcionario en los cementerios de la ciudad. Fue entonces cuando, junto a su esposa, se le asignó una pequeña vivienda dentro del cementerio viejo de Poble Nou, un lugar que se convirtió en el centro de sus vidas y en el espacio donde criaron a sus hijos.

Marc Arias, uno de los hijos menores que creció en este espacio, describe su infancia como una experiencia única, donde el silencio, la tranquilidad y la naturaleza del recinto funerario marcaron su día a día. «Nuestra infancia transcurrió feliz, rodeados de fuentes, cipreses y palmeras. Jugábamos a las canicas entre las tumbas y estudiábamos en la serenidad que solo un cementerio puede ofrecer», relata.

Una infancia diferente pero feliz

Lejos de temores, Marc afirma que nunca tuvieron miedo a la muerte ni a los difuntos que tenían como vecinos. La educación familiar inculcó un respeto profundo por la vida y la muerte, estableciendo límites claros en el juego y la convivencia con el entorno. Recuerda especialmente cómo su madre les hacía entrar en casa cuando llegaban coches fúnebres al cementerio, enseñándoles el valor del respeto en esos momentos.

Esta peculiar forma de crecer dentro del cementerio guarda cierto paralelismo con la vida del escritor Edgar Allan Poe, cuya formación tuvo lugar junto a un camposanto y cuyos profesores usaban las lápidas como herramientas educativas.

El día a día de una familia entre difuntos

La casa familiar se encuentra justo al otro lado de la puerta principal del cementerio, en un conjunto de cuatro viviendas donde solo una continúa habitada. Los Arias han vivido rodeados constantemente por los nichos y panteones, cuyo silencio ha sido el telón de fondo de sus historias.

Para Marc y sus hermanos, el cementerio fue un territorio donde podían jugar, imaginar y vivir momentos cotidianos con un matiz especial. Desde celebrar cumpleaños hasta invitar a amigos a cenar, la vida en el recinto mortuorio fue siempre respetuosa pero abierta y llena de experiencias memorables. Uno de los recuerdos más curiosos que comparte es cuando llevó a su novia a conocer a sus padres sin revelarle antes dónde vivían: «Ella quedó estupefacta al descubrir que su hogar estaba dentro del cementerio y pensó que era un psicópata», comenta entre risas.

Vivencias intensas y respeto por la profesión

El primer contacto directo con la muerte para Marc fue impactante y duro. De niño, presenció cómo su padre realizaba un entierro en el cementerio de Les Corts, donde observó el proceso de reapertura de nichos y traslado de restos para acomodar a un nuevo difunto. A pesar de su corta edad, aprendió a convivir con estas realidades sin miedo pero con mucha sensibilidad.

El Día de Todos los Santos era especialmente significativo para la familia, pues Manuel y sus hijos se encargaban de las tareas del campo santo, incluyendo la limpieza y la colocación de flores en los nichos. Marc recuerda con orgullo las propinas que recibía por ayudar en estas labores y la satisfacción de contribuir a mantener el recinto en orden para las visitas.

Un legado de respeto y dedicación

La vida de los Arias dentro del cementerio de Poble Nou es un testimonio del profundo respeto hacia la muerte y el trabajo que Manuel ejerció con nobleza durante toda su vida. La familia, a pesar de las circunstancias especiales, ha logrado construir un hogar y un entorno de cariño y valores.

Marc reconoce que, aunque su infancia fue atípica para la mayoría, nunca la cambiaría: «He sido muy feliz y creo que lo que soy ahora en parte se lo debo a esta casa y al ambiente que siempre nos ha rodeado, donde aprendí el respeto y el amor al prójimo».

El cementerio, un espacio para la reflexión y la convivencia

Este relato nos invita a reflexionar sobre la forma en que se percibe la muerte en la sociedad y cómo, para algunos, es simplemente una parte más del ciclo de la vida. La familia Arias es ejemplo de convivencia respetuosa entre los vivos y los muertos, donde el silencio, la historia y la memoria se funden en un mismo espacio.

Para conocer más sobre historias singulares relacionadas con cementerios, puede consultarse también el artículo Diez cementerios de leyenda para el Día de Todos los Santos, que recorre algunos de los camposantos más fascinantes de España.

Entrada del cementerio de Poble Nou en Barcelona
La entrada del cementerio de Poble Nou en Barcelona, escenario del hogar de la familia Arias.

Así, la convivencia de los Arias dentro del cementerio ha desafiado prejuicios y ha demostrado que el verdadero miedo reside en lo desconocido y no en vivir junto a la muerte.

Imagen: www.abc.es

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