La complejidad del diagnóstico en niños superdotados en España
En España, más de 110.000 estudiantes podrían ser superdotados, sin embargo, sólo una fracción recibe un diagnóstico oficial, lo que provoca múltiples consecuencias que afectan tanto a nivel educativo como social. Esta situación se ve reflejada en historias como la de un magistrado que, tras años de aislamiento social, descubrió tarde su superdotación. Otro caso emblemático es el de una mujer que, tras obtener un cociente intelectual (CI) superior a 140 en su infancia, ha experimentado resultados variables en pruebas posteriores, cuestionando la fiabilidad y estabilidad de estos test a lo largo del tiempo.
El bajo porcentaje de detección frente a las estimaciones
Según datos del Ministerio de Educación, existen actualmente 51.395 alumnos diagnosticados con altas capacidades, lo que representa el 0,62% del total. Sin embargo, diversas investigaciones estiman que alrededor del 2% de los estudiantes son superdotados, con un CI superior a 130, y un 10% posee altas capacidades evidentes.
Esto supone que buena parte de estos jóvenes no recibe la atención educativa adecuada, siendo escasos los recursos disponibles para su detección y acompañamiento.
El retraso en los diagnósticos y sus consecuencias
Los equipos encargados de valorar a alumnos con altas capacidades suelen ser los mismos que atienden trastornos como la dislexia o el déficit de atención. Esta circunstancia genera retrasos de hasta tres años en las valoraciones, sin psicólogos especializados lo que provoca un infradiagnóstico y fallos que afectan severamente a estos estudiantes. Alicia Rodríguez, presidenta de la Asociación Española de Superdotados y con Talento (AEST), ha denunciado esta problemática en numerosas ocasiones.
Historias que evidencian la problemática
Jackeline de Barros, afincada en Málaga, recuerda que obtuvo un CI superior a 140 en su infancia, diagnóstico asociado a su entorno familiar de docentes y médicos. Sin embargo, en la edad adulta sus tests arrojan resultados más bajos, cuestionando la consistencia de las pruebas de inteligencia, las cuales pueden estar obsoletas o fallando. Además, esta mujer señala cómo en su niñez se le advirtió que exhibir su inteligencia podría generar rechazo social, por lo que tuvo que enmascarar sus habilidades para encajar.
El estigma social y la invisibilidad de la alta capacidad
Los prejuicios culturales y sociales juegan un papel importante en la detección y aceptación de las altas capacidades. Javier G. Recuenco, portavoz de IQ Pride, señala que la tradición judeocristiana ha influido negativamente, asociando la inteligencia sobresaliente a aspectos negativos como la vanidad o el ego. Además, el miedo al elitismo o a la eugenesia dificulta la conversación pública sobre estas características.
Más hombres diagnosticados que mujeres
Los estudios también muestran un desequilibrio por género, detectándose un 65% de alumnos hombres frente a un 35% mujeres con altas capacidades. Esta disparidad se explica en parte por el mayor esfuerzo de las niñas en ocultar su inteligencia para adaptarse socialmente, lo que contribuye a un mayor infradiagnóstico femenino.
¿El salto de curso es la solución?
Uno de los debates recurrentes en el ámbito de la superdotación es si los niños deben adelantar curso para estimular sus capacidades. Javier G. Recuenco alerta que esta medida puede incrementar el aislamiento social y la vulnerabilidad frente al acoso escolar (‘bullying’). Por otro lado, estudios internacionales, como el informe Templeton en Estados Unidos, sugieren beneficios académicos significativos de estas aceleraciones, aunque en España esta práctica es poco habitual.
La estabilidad del cociente intelectual y factores que lo modifican
Según la psicóloga especializada Carmen Sanz Chacón, el CI se mantiene relativamente estable hasta los 60 años, momento en el que comienza a decaer la velocidad mental. Sin embargo, factores como el abuso de drogas, el alcohol o ciertos medicamentos pueden influir negativamente en los resultados de los test. Además, el ejercicio mental constante es clave para mantener la agilidad cognitiva.
La necesidad de reconocer y atender a los superdotados en España
La falta de diagnóstico y la escasa atención a alumnos con altas capacidades generan consecuencias en su desarrollo emocional y social, afectando su integración y bienestar psicológico. El caso de aquellos que descubren su superdotación de manera tardía refleja un problema estructural en los sistemas educativos y sanitarios. Se hace imprescindible reforzar los equipos especializados, desarrollar herramientas actualizadas y ofrecer un acompañamiento adaptado para estos estudiantes.
Para más información sobre altas capacidades y superdotación, puede consultarse el portal oficial del Ministerio de Educación o la Asociación Española de Superdotados y con Talento (AEST).
Imagen: www.abc.es