Resumen de la represión religiosa en China
En un movimiento decisivo que marca la mayor ofensiva contra el cristianismo desde 2018, China ha intensificado la represión religiosa al realizar una redada masiva contra la Iglesia de Sión, una de las congregaciones clandestinas protestantes más importantes del país. Decenas de sus miembros, entre ellos su fundador, el pastor Jin Mingri, han sido arrestados en esta operación.
Detención del pastor Jin Mingri y líderes religiosos
El pastor Jin Mingri, conocido también como Ezra, fue detenido este viernes en su residencia en Beihai, provincia de Guangxi, según informó su hija Grace Jin y el portavoz de la Iglesia, Sean Long. Esta acción policial representa un fuerte golpe para la Iglesia, que ha experimentado un crecimiento acelerado en los últimos años, especialmente a raíz de la pandemia, apoyándose en plataformas digitales para difundir sus sermons.
Motivos de la detención
Jin enfrenta cargos por «uso ilegal de redes de información», específicamente relacionados con la difusión de su actividad religiosa a través de Internet, lo cual puede acarrear hasta siete años de prisión. Hasta la fecha, se estima que alrededor de treinta miembros han sido arrestados en diferentes partes del país, en su mayoría pastores; cinco de ellos han sido liberados, mientras que el resto continúa bajo custodia.
Preocupación por la salud y derechos legales
La preocupación más urgente es la salud de Jin, de 56 años, quien padece diabetes y requiere medicación constante. Su hija y el portavoz han denunciado que los detenidos no han podido comunicarse con sus abogados, un hecho que genera inquietud sobre el respeto a los derechos legales de los arrestados.
Contexto de la persecución religiosa en China
China cuenta con más de 44 millones de cristianos registrados oficialmente, principalmente protestantes. Sin embargo, decenas de millones practican su fe en «iglesias domésticas» o clandestinas, que no están registradas y escapan del control del Partido Comunista Chino (PCCh). Recientemente, el régimen aprobó nuevas leyes que restringen la predicación a través de redes sociales y plataformas digitales, siguiendo las directrices del presidente Xi Jinping para un estricto cumplimiento.
Crecimiento y prohibiciones
Jin Mingri, egresado de la Universidad de Pekín, se convirtió al cristianismo tras los sucesos de Tiananmen y fundó la Iglesia de Sión en 2007. En 2018, sus sede en Pekín fue clausurada y desde entonces se le ha impedido salir del país, separándolo de su familia que reside en Estados Unidos. A pesar de las restricciones, la comunidad creció, especialmente desde el inicio de la pandemia, realizando encuentros presenciales discretos y utilizando plataformas como Zoom para llegar a más seguidores en más de cuarenta ciudades.
Reacciones internacionales y presión política
La redada ha generado condena internacional. El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, expresó su rechazo y exigió la liberación inmediata de los líderes religiosos detenidos. En declaraciones oficiales, destacó que el PCCh hostiga a los cristianos que desafían la interferencia estatal y que rezan en iglesias domésticas no registradas. Además, instó al Partido Comunista a garantizar la libertad religiosa sin temor a represalias.
Persecución religiosa como un tema clave
Esta oleada de arrestos refleja una política más amplia de control sobre las actividades religiosas independientes dentro de China, alineada con la estrategia del régimen para mantener la autoridad sobre todas las expresiones sociales y culturales. Organizaciones internacionales como Human Rights Watch documentan un aumento significativo en la persecución religiosa y piden mayor vigilancia y presión para garantizar los derechos humanos fundamentales.
El papel de las iglesias domésticas y el futuro del cristianismo en China
Las iglesias domésticas como la Iglesia de Sión se han convertido en un pilar para millones de creyentes que buscan practicar su fe al margen del control estatal. El crecimiento de estas congregaciones representa un desafío para el Partido Comunista y una fuente constante de tensión. La prohibición de utilizar medios digitales y la vigilancia constante complican su actividad, pero también revelan la resistencia de la comunidad cristiana china, que continúa expandiéndose pese a la represión.
Perspectivas y desafíos
El recrudecimiento de la represión muestra que el régimen está dispuesto a mantener un control férreo sobre la espiritualidad y las organizaciones religiosas independientes. Sin embargo, la persistencia y adaptación de estas iglesias indica un escenario de tensión continua que preocupa a la comunidad internacional y a defensores de los derechos humanos.
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Imagen: www.abc.es