- Oct 26, 2025

La Costa del Sol enfrenta una escasez crítica de espeteros en plena temporada turística

Escasez de espeteros en Málaga: un problema que amenaza la tradición

La Costa del Sol vive un momento delicado en la temporada turística por la carencia de espeteros, los especialistas encargados de asar sardinas en los chiringuitos del litoral malagueño. Esta escasez pone en jaque un oficio emblemático, imprescindible para la gastronomía local, pero que atraviesa un evidente problema de relevo generacional.

Condiciones laborales y desinterés juvenil

Como explica José Luis Navarrete, espetero con más de una década de experiencia en el chiringuito Casa Lucas, junto al barrio de Huelin, Málaga, las condiciones del trabajo son duras y poco estables. Expone jornadas maratonianas que comienzan a las 10:30 y se extienden hasta medianoche, con escasos descansos, expuestos al calor extremo y al humo que provoca quemaduras y molestias oculares. A pesar de que en verano un espetero puede ganar entre 2.500 y 3.200 euros, durante el resto del año los ingresos descienden considerablemente, lo que dificulta una estabilidad laboral que atraiga a los jóvenes.

“El mayor problema no son los sueldos durante la temporada alta, sino la temporalidad y la falta de estabilidad”, apunta Navarrete, subrayando que en Málaga apenas existen espeteros jóvenes, ya que la mayoría se suplanta por trabajadores extranjeros o abandona el oficio por sus exigencias laborales.

El relevo generacional que no llega

Los chiringuitos malagueños alertan que la cantera del oficio se está agotando: “No hay más de cinco espeteros de 20 años en Málaga”, lamenta Navarrete. La escasez se debe, principalmente, a las largas jornadas, las condiciones climáticas extremas junto al mar y la contratación temporal, que se limita a pocos meses al año. Esta realidad genera una difícil conciliación con la vida personal, que muchos jóvenes no están dispuestos a asumir.

Un caso paradigmático es el del histórico local Miguelito El Cariñoso de Pedregalejo, que este año decidió no ofrecer espetos por la falta de profesionales capaces. El propietario comparte que no es sencillo encontrar espeteros que dominen el arte tradicional de asar sardinas adecuadamente, cuiden la distancia para evitar que se quemen y controlen el viento al airear las brasas.

Impacto del turismo y la llegada de trabajadores internacionales

El turismo sostiene la demanda, ya que los espetos continúan siendo el plato más solicitado en los chiringuitos de Málaga, donde se llegan a vender hasta ocho cajas de sardinas asadas al día. Sin embargo, la falta de mano de obra local ha incrementado la presencia de trabajadores extranjeros en el sector hostelero andaluz. Según un informe de Randstad Research, el 24% del empleo en hostelería en Andalucía es ocupado por personas de origen foráneo o con doble nacionalidad, reforzando la plantilla con profesionales llegados de Marruecos, Ucrania, Cuba, Filipinas y Argelia, entre otros países.

Abdul Ghani, al frente de la brasa en el Chiringuito María, es uno de esos ejemplos. Llegó desde Marruecos en 2021 sin experiencia previa en hostelería, pero con gran interés en aprender el oficio de espetero. En poco tiempo, fue capaz de asumir el reto y hoy anima a otros a apostar por esta profesión.

De manera similar, Zakaria Bennour, argelino y espetero en Casa Lucas, destaca su conexión personal con el pescado, profesión que desempeñaba antes de llegar a España, mientras que Carlos Cortés, enfermero filipino de 63 años, tuvo que reinventarse tras no poder ejercer su carrera en España, dedicándose con éxito al espeto de sardinas en Benalmádena.

Un oficio tradicional en riesgo si no se actúa

El espeto, símbolo de la gastronomía malagueña y referente culinario humilde pero orgulloso, afronta el riesgo de desaparecer si no se fomenta su aprendizaje y se mejora la estabilidad laboral del sector. Según Roberto Alonso, joven espetero malagueño de 20 años, el trabajo exige una dedicación y resistencia que pocos están dispuestos a asumir hoy en día. Además, critica que la imagen del oficio no atrae al público joven debido a su dureza y falta de reconocimiento.

La organización del Concurso de Espetos ha solicitado valorar más este trabajo a través de talleres, cursos y acreditaciones que faciliten la formación y profesionalización, intentando así revertir la alarmante tendencia.

Conclusión

La Costa del Sol debe afrontar con urgencia la falta de espeteros para garantizar que esta tradición cultural y gastronómica perdure. Es necesario que tanto empresarios como instituciones fomenten la estabilidad, la formación y el respeto hacia este oficio, que no solo alimenta a los visitantes sino que forma parte esencial de la identidad local.

Para más información sobre la hostelería en Andalucía y el empleo extranjero, consulte el estudio de Randstad Research y las noticias relacionadas en nuestro portal.

Imagen: www.abc.es

prensa

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Otras noticias

Destacado

NE

News Elementor

Tu fuente confiable para las noticias de Entrenúcleos y alrededores.

El periódico digital que conecta a Entrenúcleos, con noticias locales al alcance de un clic.

Lo más leído