- Oct 27, 2025

Veinte años del incendio de Guadalajara: la lucha por la memoria y la justicia de las familias de los retenes forestales

El incendio de Guadalajara que sacudió a España hace dos décadas

Hace veinte años, un incendio forestal en la provincia de Guadalajara terminó con la vida de once retenes que formaban parte de un operativo para combatir las llamas. Este suceso no sólo supuso una tragedia humana, sino que también marcó un antes y un después en los protocolos de actuación ante incendios forestales en España. Sin embargo, para las familias de las víctimas, el recuerdo del acontecimiento sigue tan doloroso como entonces, y la búsqueda de justicia permanece abierta.

El homenaje silenciado a los héroes forestales

El camino hacia el lugar donde se produjo la tragedia, cercana a la localidad de Riba de Saelices, en Guadalajara, se ha transformado con el paso del tiempo. El monte ahora está cubierto por matorrales y pinos silvestres, mientras que el altar levantado para honrar a los once fallecidos está amenazado por la maleza. Solo la dedicación de familiares y antiguos compañeros mantiene viva esta memoria, limpiando y manteniendo el sitio.

Los familiares visitan este paraje casi una vez al año, recorriendo los kilómetros que separan Guadalajara capital del monte. Para ellos, es un lugar de dolor y recuerdo ineludible. Susana Rodríguez y Carmen de la Peña, viudas de algunos de los retenes fallecidos, relatan cómo aquel domingo 17 de julio de 2005 empezó con una aparente calma y terminó en tragedia.

El último día de los retenes

Aquel día, a pesar de que el retén se encontraba distante del origen del incendio declarado en Riba de Saelices, recibieron instrucciones para dirigirse a una nueva zona, desconocida para muchos. Los retenes estaban esperando para comer una paella preparada, pero recibieron la orden de movilizarse. Alberto Cemillán, el jefe del retén, fue llamado urgentemente, y recordó su mujer cómo fue la última vez que le vio: «Fue llegar, quitarse las botas y le llamaron de la central. Le preparé un bocadillo y se marchó corriendo».

Errores, omisiones y la versión oficial

Lo que siguió fue un desastre operativo con consecuencias fatales. Se enviaron doce trabajadores forestales a una zona donde el fuego alcanzaba alturas de hasta treinta metros, incluso los medios aéreos ya habían decidido retirarse. Según testimonios recogidos en las investigaciones judiciales, la coordinación fue defectuosa y la formación de algunos retenes insuficiente.

El entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, resumió la tragedia con una frase que se hizo célebre: «Se metieron ellos allí, hubo un infortunio inevitable». Esta versión oficial, promovida por el PSOE, intentaba exculpar responsabilidades. Sin embargo, los familiares y expertos denuncian la falta de gestión adecuada y la ausencia de medidas preventivas tanto antes como durante el incendio.

Incumplimientos y falta de respuesta institucional

Más allá de los errores técnicos, la actuación política generó aún más controversia. El delegado provincial de Medio Ambiente no elevó la alerta pese a la alta velocidad de propagación del fuego, mientras que el presidente regional tampoco adoptó medidas inmediatas. La falta de información y solidaridad hacia las familias agravó la herida, quienes tuvieron que enfrentarse a burlas y desprecios cuando reclamaban respuestas.

Las consecuencias judiciales y el archivo del caso

Tras un largo proceso judicial que duró cuatro años, la juez procesó a 20 personas entre altos cargos, técnicos y responsables de la coordinación. Los delitos abarcaban homicidio por imprudencia, incendio forestal por negligencia y vulneración de derechos laborales. Sin embargo, en 2010 todas las causas fueron archivadas por la Audiencia Provincial, considerándose «irrelevantes penalmente» las actuaciones de los responsables.

Solo el excursionista que provocó el incendio con una barbacoa fue condenado, aunque sin ingreso en prisión ni pago de indemnización. Las familias rechazaron ofertas de indemnización que no incluían disculpas ni reconocimiento de responsabilidades, enfatizando que su lucha era por la verdad y la justicia, no por dinero.

El legado del incendio y la lucha por la memoria

El incendio consumió más de 13.000 hectáreas, incluyendo zonas de alto valor ecológico dentro del parque natural del Alto Tajo, y obligó al desalojo de poblaciones enteras. El impacto llevó a reformas en protocolos de extinción y creó la Unidad Militar de Emergencias (UME), reflejo de la necesidad de mayor preparación.

Sin embargo, las condiciones laborales de los retenes forestales poco han cambiado desde entonces. Susana, Carmen y sus familias insisten en que el sacrificio de sus seres queridos no debe caer en el olvido. Se trata de honrar a trabajadores que dieron su vida defendiendo la naturaleza y exigen que la sociedad no permita que esta tragedia quede enterrada bajo el silencio.

Recuerdos tras dos décadas

Los hijos de algunas víctimas también recuerdan con emoción y dolor a sus padres, valorando la increíble fortaleza de sus madres para sacar adelante a sus familias y mantener viva la memoria de los retenes. Esta historia de valentía y tragedia sigue siendo un llamado a la responsabilidad y la justicia social.

Para conocer más sobre los protocolos de incendios forestales y la historia de la UME, visita el sitio oficial del Ministerio de Defensa.

También recomendamos consultar información relevante sobre incendios forestales en Ministerio para la Transición Ecológica.

Dos de las viudas de los miembros del retén de Cogolludo que fallecieron en el incendio
Dos de las viudas de los miembros del retén de Cogolludo que fallecieron en el incendio. Foto: BELÉN DÍAZ / www.abc.es

Imagen: www.abc.es

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